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PROBLEMAS
OCASIONADOS POR LOS MICROORGANISMOS
Crryptosporidium E-Coli (5000 veces) Perfringens Giardia Ciliado Legionella INTRODUCCION
Fundamentalmente, los microorganismos presentes en el agua objeto de
tratamiento, pueden ser algas, bacterias, virus y parásitos.
Las algas en su actividad biológica, pueden ocasionar problemas de
comunicación de olores y sabores, al liberar macromoléculas orgánicas o
toxinas, o bien otras sustancias del tipo aldehido y alcoholes como la geosmina
y el 2, metilisoborneol (MIB), que en concentraciones de nanogramos, provocan
importantes sabores en el agua. En todos estos casos, se ha comprobado que por
la vía de la oxidación con ozono y adsorción con carbón, el porcentaje de
eliminación alcanza valores muy aceptables.
Las cianobacterias o algas verdeazuladas, otra de las sustancias
contaminantes del agua que generan toxinas peligrosas para la salud, como las
neurotoxinas y hepatoxinas.
Las bacterias, virus y parásitos, llegan inicialmente al agua por
vertidos de desechos humanos y animales, siendo el agua el vehículo que los
transporta y a veces los multiplica, hasta llegar a los seres vivos que consumen
esta agua, si no es debidamente tratada.
Las materias en suspensión, constituyen el soporte privilegiado de los
microorganismos y sirven de protección a éstos, de cara a los factores de
eliminación, como es principalmente la desinfección.
La materia orgánica forma el substrato que permite el desarrollo de la
flora bacteriana, así como las materias nitrogenadas y fosforadas son las
responsables de los fenómenos de crecimiento y desarrollo de algas, es decir,
de la eutrofización.
Las enfermedades que producen, pueden ser muy diversas, desde simples
transtornos gastrointestinales, vómitos, calambres, etc., hasta llegar a otras
complicaciones sumamente graves. Entre las bacterias de grave incidencia, que
pueden estar presentes en el agua, figuran especies del género Shigella, que
producen disentería bacilar, la Salmonella, que produce salmonelosis e incluso
fiebre tifoidea, (Salmonella Typhi), el Vibro Cholerae, que origina el cólera,
el Escherichia Coli y las toxinas generadas para las cianobacterias que pueden
ocasionar diversos problemas en la salud como gastroenteriris, alergia e incluso
lesiones hepáticas, todas ellas con posibilidad de ser eliminadas por la
cloración u otros sistemas de desinfección del agua. No todas las bacterias englobadas con el nombre de "coliformes" son patógenas del hombre, pero su no presencia en el agua garantizaran que no hay otro tipo de organismo entérico patógeno o no , ya que son menos resistentes en un medio hídrico. La ausencia de coliformes , es un indicador ( por algunos cuestionado), que avala la optima calidad bacteriológica del agua. En cuanto al control de los organismos heterótrofos, en general se le ha dado hasta ahora poca trascendencia al recuento de estos en el control de calidad bacteriológica del agua potable ya que principalmente se le consideraba como una información más referida a la calidad técnica del agua que a la calidad sanitaria, la información técnica nos indica la calidad del proceso de tratamiento aplicado y también el estado de la red de distribución, pero actualmente hay una mayor tendencia a considerar que las bacterias heterótrofas del agua potable pueden actuar como patógenos oportunistas y en este caso la información sanitaria nos posibilita controlar el riesgo de transmisión de infecciones.
Entre los virus, cabe destacar el virus de la hepatitis A y otros que
causan diversas gastroenteritis y que son más resistentes al cloro. Con el hallazgo de parásitos y virus en el agua, muchos más resistentes a los desinfectantes que las bacterias, se consideró que era necesario rebajar los límites permitidos sobre turbiedad del agua filtrada en las plantas de tratamiento, muy por debajo de 1.0 UNT, ya que existe correlación entre el número de partículas orgánicas y el número de partículas inorgánicas, por tanto para una eliminación importante del contenido de virus y parásitos,se deberán reducir la turbiedad del agua filtrada hasta un orden de 0.3 UNT o menos; lo cual no garantizaría aún la eliminación total de estos patógenos, no olvidando la inactivación más amplia de esos microorganismos por medio de la desinfección a pesar de la formación de otros subproductos no deseables por el empleo inadecuado de algunos desinfectantes. Se han demostrado que los sistemas de potabilización
convencionales, no presentan suficiente seguridad frente al parásito
Cryptosporidium parvum, incluso en aquellos sistemas que logran reducir la
turbiedad eficientemente. Estudios efectuados sobre 82 plantas potabilizadoras
de aguas superficiales de los Estados Unidos, resultaron muestras positivas
de Cryptosporidium parvum en 22 de ellas, de las cuales en más del 70 % la
turbiedad del agua filtrada era inferior a 0,1 NTU, y en el 20 % menor a 0,05
NTU. Los autores sugieren la necesidad de introducir barreras adicionales a los procesos convencionales, tales como la radiación ultravioleta (Aboytes y col., 2004).
En cuanto a su resistencia al cloro y otros oxidantes químicos,
Cryptosporidium es más resistente que otros parásitos tales como Giardia. Este problema se hizo más complejo con el hallazgo de parásitos y virus en el agua, hasta cien veces más resistentes a los desinfectantes que las bacterias; lo cual forzó a bajar los límites permitidos sobre turbiedad del filtrado en las plantas de tratamiento muy por debajo de 1.0 UNT, en vista de la correlación directa existente entre número de partículas orgánicas y número de partículas inorgánicas. Esta correlación llevó a los investigadores a descubrir que no es posible conseguir una remoción significativa del contenido de virus y parásitos, sino cuando se alcanzaban turbiedades del orden de 0.3 UNT o menos; y aún así, no se podía garantizar la eliminación total de dichos patógenos, cuya presencia se ha detectado en efluentes de plantas bien operadas con valores inferiores a 0.1 UNT de turbiedad. Tal hecho hizo recaer en el proceso de desinfección, la mayor parte de la responsabilidad en la inactivación de esos microorganismos, los cuales en el caso del cloro, sólo se consiguen eliminar con un residual libre a pH bajo, a fin de obtener en el agua suficiente concentración de ácido hipocloroso, el único germicida capaz de hacer su trabajo en un tiempo de contacto relativamente razonable, tiempo que debe proveerse en cámaras de contacto apropiadas
Relación entre remoción de Turbiedad vs. Patógenos La remoción de turbiedad es un parámetro importante como subrogante de la remoción de microorganismos patógenos, dado que operacionalmente no es habitual disponer de sistemas de medición de concentraciones de microorganismos en las diferentes etapas del proceso. Existen referencias de que pequeñas variaciones de turbiedad (de 0,1 NTU a 0,3 NTU) pueden traer aparejados importantes cambios en la eficiencia de remoción de ciertos microorganismos (Patania 1996, en EPA, abril 1999).La turbiedad excesiva, no solamente afecta los aspectos organolépticos del agua sino que puede representar una preocupación para la salud, ya que puede proporcionar el sustrato y además albergar a los patógenos, protegiéndolos de los desinfectantes.Aunque la turbiedad no es un indicador directo de riesgo para la salud, numerosos estudios muestran una relación directa entre la remoción de turbiedad y de protozoarios (EPA, abril 1999). La tabla 1., muestra varios casos de brotes de criptosporidiosis en los sistemas que utilizan agua superficial en los Estados Unidos, además de información general sobre las plantas potabilizadoras y referencias de la turbiedad efluente. En tres de los cuatro casos se registraron turbiedades por encima de 1,0 NTU durante los brotes (EPA, abril 1999). Tabla 1. Brotes de criptosporidiosis vs. Turbiedad del agua filtrada (Fuente: EPA,
Bajos valores de turbiedad se asocian generalmente con escasa presencia de microorganismos en el agua. Positivas correlaciones se han determinado entre remociones de turbiedad y de patógenos, en variados estudios. Las «Guías para la Calidad del Agua de la Organización Mundial de la Salud» destacan en esta materia: «Ha de señalarse que la utilización de desinfectantes químicos para tratar el agua da lugar, por lo común, a la formación de productos químicos secundarios, algunos potencialmente peligrosos. No obstante, los riesgos que esos productos representan para la salud son extremadamente pequeños en comparación con los que supone una desinfección insuficiente, y es importante que el intento de controlar los productos secundarios de ese tipo no ponga en peligro la eficacia de la desinfección» (World Health Organization, 1995). Las enfermedades infecciosas causadas por bacterias, virus, protozoarios parásitos o helmintos, son el riesgo más común y difundido para la salud que lleva consigo el agua de bebida (World Health Organization, 1995; World Health Organization, 2004). Principales características de los tres grupos de organismos responsables de los Riesgos Biológicos (Fuente: Environmental Protection Agency, «Alternative Disinfectants and Oxidants Guidance Manual», EPA 815-R-99-014, Abril 1999)
La diversidad de especies microbianas en el agua potable. Los límites establecidos en la calidad microbiológica del agua pueden llevar a una consideración de condiciones de casi esterilidad del agua potable que pueden ser erróneas, pues por ejemplo la ausencia de gérmenes indicadores, tales como los coliformes totales y el Escherichia coli no garantizan la esterilidad. También las técnicas de cultivo para controlar la calidad del agua potable no consideran la total diversidad de microorganismos potencialmente presentes en el agua así como la dificultad de que células microbianas en el agua no puedan ser fácilmente aisladas por técnicas de cultivo de forma que los microorganismos pueden adoptar un estado celular viable pero no cultivable. Por otra parte la idea de que los microorganismos difícilmente pueden sobrevivir a los diversos tratamientos de potabilización tampoco es exacta, pues entre otras consideraciones a tener en cuenta, la etapa de desinfección no es una verdadera esterilización del agua potable, aunque a veces la presencia de microorganismos en el agua potable puede deberse a fallos en el proceso de tratamiento o en el posterior sistema de distribución. Hay que tener en cuenta que aunque las instalaciones de tratamiento logran obtener los resultados fijados por la legislación, en cuanto a la calidad del agua tratada, no llegan a una retención y eliminación completa de microorganismos en el agua y puede llegar a detectarse diversos microorganismos cultivables y no cultivables al final del tratamiento. Cada una de las etapas que constituyen el proceso de tratamiento del agua potable influyen y afectan la composición y la estructura de los microorganismos del agua tratada. Varios estudios han mostrado que el origen de la fuente del agua utilizada afecta a la microflora presente en el agua tratada, algunos de estos trabajos indicaron también que varios grupos microbianos detectados en el agua potable tratada estaban también presentes en el agua bruta, sugiriendo por tanto que algunas especies microbianas podian atravesar las diferentes barreras del tratamiento (Eichler y otros., 2006; Humrighouse y otros., 2006). Ciertos microorganismos que están presentes en las aguas a potabilizar y entran a las instalaciones del proceso pueden reproducirse en el interior de estas instalaciones, tales como los medios filtrantes (carbón activo y arena) u otra barreras dentro del proceso de tratamiento. La eliminación de microorganismos por adsorción está regida por interacciones electrostáticas e hidrófobas, hay que tener presente que la retención física por simple filtración de algunos microorganismos tales como los virus, dada su pequeña talla no es plenamente eficaz, en cambio no hay que olvidar que la desinfección es la principal barrera contra los agentes patógenos esencialmente virus, a pesar de que ciertos microorganismos por propiedades de la superficie celular pueden sobrevivir a los mecanismos de desinfección. También la capacidad de algunos microorganismos de colonizar partículas y formar agregados así como la capacidad de otros de resguardarse y protegerse en el interior de cierto organismos superiores tales como invertebrados o protozoarios, es el caso de la legionella, protegiendose en el interior de amebas, y facilitando así el transporte de microorganismos patógenos a lo largo de los sistemas de distribución del agua potable ya que para que la acción del desinfectante sea eficaz es necesario el contacto entre el desinfectante y el microorganismo. Las instalaciones de tratamiento permiten eliminar una gran cantidad de compuestos orgánicos del agua, pero la pequeña cantidad de materia orgánica que aún puede quedar presente, puede ser una fuente de nutrientes para el crecimiento microbiano en la red de distribución del agua potable. El origen de los microorganismos en los sistemas de distribución proviene principalmente del agua ya tratada que puede contener una microflora diversa junto con fracciones biodegradables de compuestos minerales y orgánicos y que se adaptan al medioambiente del agua potable, colonizando la red de distribución y formando en sus paredes nichos ecológicos conocidos como biofilm. El biofilm puede definirse como un conjunto o ensamblaje de de microorganismos asociados a productos extracelulares fijados a una superficie biótica o abiótica (Davey y O´Toole, 2000). Apoyados en análisis microscópicos y moleculares de biofilm formados a partir de cepas bacterianas puras y de poblaciones microbianas mixtas de medioambientes naturales, la formación de biofilm se ha descrito como una sucesión de fases o etapas como la etapa de adhesión, de desarrollo, de maduración y de desprendimiento (Davis, 2003; Stoodle y otros 2002) ( fig. 1). También se observó este desarrollo de estructura en varias etapas en biofilm formados en modelos de sistemas de distribución de agua potable (Martin y otros, 2003).
Figura 1.- Representación esquemática de la formación de un biofilm (Stoodly y otros). 1) Formación de un film de acondicionamiento y adhesión microbiana reversible. 2) Adhesión irreversible y producción de sustancias poliméricas extracelulares. 3) Desarrollo del biofilm y formación de microcolonias. 4) Maduración del biofilm. 5) Desprendimiento de células microbianas.
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Estupiñán Torres MSc.2, Aura Cristina Gómez Prieto1. Microbios: Página, en español, traducción del original inglés, tratando en general sobre el mundo de los microbios y sus misterios, definiciones e informaciones sobre bacterias, virus y hongos. Reducción de microcystis : Articulo sobre la reducción del crecimiento del alga azul-verde, microcystis en el Lago Nieuwe Meer, Amsterdan, mediante mezcla artificial. Evaluación de 7 años de experiencia. Esquitosoma. Lombriz invasora de agua fresca. Página de Agua latinoamérica, describiendo la presencia de larvas de esquistosomas, endémicas en muchos países trópicales y subtropicales , pueden penetrar la piel humana al entrar en contacto con ella.
(Fuente : EPA MICROBIOLOGY)
El Cryptosporidium Parvum y la Giardia Intestinalis, están reconocidos como protozoos parásitos del hombre y muchos animales. El Cryptosporidium tiene un complejo ciclo de vida, adoptando varias formas, siendo la más relevante el cisto con forma de microesfera de una dimensión de 4-6 µm de diámetro. De las diferentes especies de Cryptosporidium, sólo el Cryptosporidim Parvum aparece como el responsable que afecta a la salud humana. Los oocistos u ooquistes del Cryptosporidium pueden sobrevivir en el suelo o en el agua durante varios meses en condiciones adversas, aunque su viabilidad se va reduciendo con el tiempo. Cuando el oocisto entra en el tubo digestivo del hombre u otros animales, las condiciones internas de pH, temperatura y sales biliares, favorecen la formación de cuatro esporocitos infectivos por cada oocisto, comenzando el ciclo de vida y una gran multiplicación, saliendo al exterior y extendiéndose al medioambiente a través de las materias fecales de las personas o animales infectados. Se ha constatado experimentalmente, que una vaca infectada puede excretar por encima de un millón de cistos diariamente. El ciclo de vida de del cryptosporidium parvum comienza con la ingestión del ooquiste, la fase resistente encontrada en el ambiente, a través de agua contaminada o alimentos. Luego de ingerido, la membrana del ooquiste se abre en el intestino delgado, y libera hasta 4 sporozoitos que se adhieren a las células epiteliales del tracto gastrointestinal, los cuales evolucionan a trofozoitos. Posteriormente se forman los ooquistes los cuales son liberados por las heces, y pueden sobrevivir en el ambiente por mucho tiempo (Sterling, 1999). En aguas frías como lagos pueden sobrevivir y mantener su infectabilidad durante varios meses (Sterling, 1999). Una persona puede infectarse con Cryptosporidium cuando ingiere o pone en contacto con su boca algún objeto que haya estado en contacto con las heces fecales de algún animal o persona infectada. El beber agua de origen superficial (lagos, ríos, arroyos) sin tratamiento o con tratamiento inadecuado, el ingerir pequeñas cantidades de agua cuando se está nadando, aún en piscinas con agua clorada, puede causar criptosporidiosis, dado que el parásito es muy resistente a las dosis habituales de cloro empleadas con fines de desinfección. Epidemias registradas de criptosporidiosis La primer epidemia que se registró de gastroenteritis causada por Cryptosporidium Parvum fue en 1984 en el estado de Texas, a causa de la contaminación del agua de pozo, con 2.006 casos. En 1987, 12.960 personas en Carrollton, Georgia, se enfermaron con criptosporidiosis. Este fue el primer reporte de su diseminación a través del sistema de aguas municipales que cumplían con todos los estándares de calidad, estatales y federales. En 1992 hubo múltiples epidemias asociadas al tratamiento deficiente de plantas abastecedoras de agua potable en Estados Unidos. En 1993 ocurrió una epidemia de criptosporidiosis en Milwaukee, Wisconsin que afectó a 403.000 personas y provocó la muerte de más de 100 de ellas. Ese mismo año, en Maine, se originó una epidemia por la contaminación de sidra fresca de manzana. En 1994 tuvo lugar, en Las Vegas, Nevada, la primer epidemia en una población que posee instalaciones modernas para la potabilización del agua de bebida. En el Reino Unido se describieron 18 brotes en el período de 1989 a 1999 asociado a conducciones de agua contaminada con ooquistes (Rodríguez Juan Carlos y col., 2002).
En el hombre puede originar la Cryptosporidiosis, que produce diarreas,
que son más graves en personas con inmunodeficiencias, tiene un período de
incubación de 2 a 10 días. Algunos de los síntomas asociados incluyen
anorexia, pérdida de peso, deshidratación y vómitos. La contaminación se extiende por la vía fecal-oral y fundamentalmente a través del agua que ha recibido aportes de desechos de personas o animales infectados.
_________________________________________________________ Ciclo de vida del criptosporidium parvum(De la página "Los protozoos como parásitos humanos", Microbioloogy & Immunology, University of Leicester
Oocysts are ingested which hatch in the intestine into sporozoites. These
invade cells; 2 asexual generations, then gamete formation and production of
oocyst containing 4 sporozoites; oocysts pass out with faeces. Danger from
sewage contaminated water supplies - have been recent outbreaks in UK.
Video
En cuanto a la dosis infectiva, existe incertidumbre en su cuantía,
aunque las mayores indicaciones sugieren una dosis para la infección entre 1
y 100 oocistoss.
La identificación de los microorganismos que habitan en una masa de
agua, es un medio eficaz para determinar o evaluar la calidad de esa masa de
agua y precisar el tratamiento que posteriormente habrá de aplicarse a esa
agua, ya que el conocimiento de las comunidades de microorganismos y su
metabolismo ,está interrelacionado con las características físico-químicas del
agua donde se desarrollan.
Para proteger los suministros de agua contra Cryptosporidium se necesitan múltiples barreras, los tratamientos de agua por si solos no pueden resolver el problema. Son etapas críticas la protección de las fuentes de agua bruta, la educación, y la optimización de los procesos unitarios de tratamiento. Los ooquistes de Cryptosporidium tienen gruesas paredes que pueden soportar ambientes hostiles que los hacen resistentes a los desinfectantes químicos tales como el cloro (Luna y col, 2002). Por lo tanto la remoción física de los ooquistes por filtración es fundamental, y es el único método convencional usado en los Estados Unidos para controlar al Cryptosporidium. En cuanto a su resistencia al cloro y otros oxidantes químicos, Cryptosporidium es más resistente que otros parásitos tales como Giardia.
FRANCISCO RAMIREZ QUIROS - CANAL DE ISABEL II
- MADRID
RESUMEN
Tras los episodios de brotes epidémicos causados por el
Cryptosporidium en el agua de bebida, ocurridos en USA y en el Reino Unido en
los últimos años, se ha llegado a reconocer al Cryptosporidium como un
importante protozoo patógeno del hombre. Se presenta en las aguas
superficiales, especialmente cuando estas aguan han recibido aportes
importantes de aguas residuales o desechos animales.
La resistencia del Cryptosporidium a la desinfección con cloro,
aconseja la eliminación de sus oocistos por la vía de la retención física,
ya que pueden ser floculados y retenidos en la decantación y filtración,
comportándose de forma similar a otras partículas.
Este artículo pretende relacionar los conocimientos sobre el
Cryptosporidium con el control de partículas en el agua - los oocistos de
Cryptosporidium son partículas microesféricas de 2-7 µ m -.
Concluyéndose que el control y contaje de partículas y su distribución
por tamaños, es un indicador más preciso que la medida de la turbiedad, como
parámetro para establecer las óptimas condiciones de coagulación y filtración,
así como la evaluación de la efectividad del proceso de tratamiento en la
eliminación de partículas y estos parásitos. Palabras clave: Agua
Superficial, Oocisto de Cryptosporidium, Protozoo, Partículas, Turbiedad,
Eliminación de partículas, ETAP. ----------------- SUMMARY
CRYPTOSPORIDIUM
REMOVAL BY WATER TREATMENT PLANTS. PARTICLES CONTROL
After the survey of waterborne disease outbreak caused for
Cryptosporidium, occurred in USA an UK in last years, has become recognised as
a important pathogenic protozoan of man. It is in surface waters, especially
when these waters contain a high amount of
sewage contamination or animal waste.
The resistence of Cryptosporidium oocystis to desinfection with
chlorine, recommend to remove oocystis phisically, they can be floculated and
retained in the decantation and filtration, this oocystis behave similary to
others particles.
This report attemps to link the knowledge concerning Cryptosporidium
and control of particles in the water - the oocystis Cryptosporidium are
microsphericals particles 2-7 µm
-.
Concluding that the control and counting of particles and its size
distribution is a more realiable indicator than turbidity measurements as
parameter to establesh the optimal coagulation and filtration conditions and
the evaluation of treatment process effectiveness to removal particles and
this parasites. Keywords: Surface
Water, Cryptosporidium Oocystis, Protozoan, Particles, Turbidity, Removal of
particles, Drinking water treatment plant.
INTRODUCCION
Se pretende poner de manifiesto la posibilidad de la presencia en el
agua destinada al consumo humano, de ciertos protozoos patógenos, como el
Cryptosporidium y la Giardia y teniendo en cuenta que sus cistos respectivos
tiene un tamaño que oscila entre 2 y 7 µ
m, podemos considerarles a efectos de su eliminación, como verdaderas partículas,
es decir, su eliminación está está estrechamente ligada a la eliminación
del resto de otras partículas y materias en suspensión, que tiene lugar en
las diversas fases del proceso de tratamiento, ya que la gran resistencia de
destos microorganismos a los procesos de desinfección normalmente usados en
ls estaciones de tratamiento, hace más difícil su inactivación por la vía
de la desinfección.
Si bien el control específico de tales protozoos tiene sus métodos físicos
y microbiológicos de detección, se ha comprobado cierta correlación con la
turbiedad del agua y más especificamente con su contenido en partículas. El
control de partículas a través de los contadores específicos, es un factor
importante en el seguimiento del proceso de tratamiento, especialmente la
coagulación, floculación y filtración y en definitiva es un parámetro
indicativo de la calidad del agua tratada.
Nos centraremos en el Cryptosporidium, dados los importantes brotes
ocurridos en la últimos años en países tan desarrollados como USA y el
Reino Unido. Son estos dos países los que más estudios y experiencias han
acumulado sobre el Cryptosporidium y a ellos nos iremos refiriendo a lo largo
del artículo, finalizando con nuestras experiencias en el control de partículas,
como una herramienta de gran ayuda en el control de
las diversas fases del tratamiento del agua potable. CRYPTOSPORIDIUM El Cryptosporidium Parvum y la Giardia Intestinalis, están reconocidos como protozoos parásitos del hombre y muchos animales. El Cryptosporidium tien un complejo ciclo de vida, adoptando varias formas, siendo la más relevante el cisto con forma de microesfera de una dimensión de 4-6 µm de diámetro. De las diferentes especies de Cryptosporidium, sólo el Cryptosporidim Parvum aparece como el responsable que afecta a la salud humana. Los oocistos del Cryptosporidium pueden sobrevivir en el suelo o en el agua durante varios meses en condiciones adversas, aunque su viabilidad se va reduciendo con el tiempo. Cuando el quiste entra en el tubo digestivo del hombre u otros animales, las condiciones internas de pH, temperatura y sales biliares, favorecen la formación de cuatro esporocitos infectivos por cada quiste, comenzando el ciclo de vida y una gran multiplicación, saliendo al exterior y extendiéndose al medioambiente a través de las materias fecales de las personas o animales infectados. Se ha constatado experimentalmente, que una vaca infectada puede excretar por encima de un millón de cistos diariamente.
En el hombre puede originar la Cryptosporidiosis, que produce diarreas,
que son más graves en personas con inmunodeficiencias, tiene un perído de
incubación de 2 a 10 días. Algunos de los síntomas asociados incluyen
anorexia, pérdida de peso, deshidratación y vómitos.
La contaminación se extiende por la vía fecal-oral y fundamentalmente
a través del agua que ha recibido aportes de desechos de personas o animales
infectados.
En cuanto a la dosis infectiva, existe incertidumbre en su cuantía,
aunque las mayores indicaciones sugieren una dosis para la infección entre 1
y 100 quistes. LA
VIA DEL AGUA EN LA CRYPTOSPORIDIOSIS
El Cryptosporidium Parvum, ha resultado ser en los últimos
10 años, uno de los microorganismos patógenos del agua que más brotes de
enfermedad ha originado.
La Cryptosporidiosis en los animales, es conocida desde hace más de 90
años, pero su reconocimiento en el hombre data de 1.976. La primera aparición
importante de Cryptosporidium atribuída al agua, tuvo lugar en Texas en
1.984. Posteriormente en 1.987, alrededor de 13.000 personas fueron infectadas
a consecuencia del suministro de agua en Carrolton, Georgia, USA. El más
importante episodio en cuanto a la aparición del Cryptosporidium, tuvo lugar
en 1.993 en Milwaukee, USA, donde se estimaron en 400.000 casos las
infecciones de Cryptosporidium a consecuencia del abastecimiento de agua a una
población de 1.600.000 habitantes, atribuyénsose la muerte de alrededor de
100 personas inmunocomprometidas a causa de esta enfermedad.
En el Reino Unido, la primera incidencia de esta enfermedad hídrica,
ocurrió en Ayrshire, Escocia en 1.988. Al siguiente, año 1.989, ocurrió
otro incidente con 500 casos de Cryptosporidiosis en la región de Oxford y
Swidon. Este incidente motivó la creación de un grupo de expertos por parte
del Gobierto del Reino Unido, conocido como el Comité Badenoch, que preparó
un informe sobre el Cryptosporidium en los abastecimientos de agua, publicado
en 1.990, donde se describían prácticas sobre el tratamiento del agua y
recomendaciones sobre procedimientos a adoptar en caso de un brote de
Cryptosporidium.
En el cuadro siguiente, nº 1, se reseñan algunos de los brotes de
Cryptosporidium, con indicación de la población afectada, la fuente u origen
del suministro de agua, el tratamiento aplicado y la causa sobre la que recae
la sospecha del brote (J.T. Lisle y J.B. Rose).
Cuadro nº 1
A pesar de las deficiencias operacionales, el agua tratada cumplía los
standars de la Agencia de Protección del Medio Ambiente USA (USEPA) para
turbiedad (< 1,0 NTU) y coliformes (< 1/100 ml), si bien, se observaron
algunas puntas más elevadas de turbiedad y por otra parte, la desinfección
no resultó eficaz, debido a la alta resistencia de los quistes a la cloración.
En el anterior cuadro se observan varios casos, en los cuales el
tratamiento aplicado fué sólo la cloración, dada la gran calidad del agua
en su origen, no aplicándose la coagulación y filtración en estos casos.
A este respecto, hay que destacar el caso del brote más recientemente
ocurrido, también en USA, en la
ciudad de Las Vegas, en el año 1.994, que puede considerarse como el primer
brote documentado de Cryptosporidiosis, por un sistema de abastecimiento de
agua, sin que hayan sido encontradas deficiencias aparentes en el tratamiento,
ni cambios de calidad en el agua bruta, ni antes ni después del brote y este
acabó repentinamente como empezó, sin aplicar cambios en el tratamiento.
Durante el año anterior y posterior al brote, la turbiedad media del agua
bruta fué 0,14 NTU, con puntas máximas de 0,3 NTU. La dirección del
abastecimiento llegó a estimar que, dados los bajos niveles de turbiedad, era
conveniente y más preciso controlar, junto a la turbiedad, el contaje de partículas,
implantándose este control.
Tras el estudio de este brote de Las Vegas, se ha llegado a considerar
que un agua potable que cumple todos los parámetros de calidad exigidos,
puede no estar libre de Cryptosporidium, a pesar incluso de los análisis
negativos al Cryptosporidium, pues como después señalaremos, el
procedimiento de detección es bastante impreciso.
Hay que destacar que en ocasiones, la buena y constante calidad del
agua bruta, crea un exceso de confianza y puede llevar a cierto descuido en
alguna de las operaciones del proceso de tratamiento. Sobre el episodio de
Milwaukee, llegó a publicarse en un diario local, El Milwaukee Journal, cinco
meses después del brote, un reportaje con el título “Fatal Negligencia”.
Este título fué elegido por el periódico, reflejando su creencia de que a
pesar de los conocimiento de la EPA sobre el Cryptosporidium y sus efectos, no
fueron impuestas las medidas suficientes para su control, mientras se
centraban más la investigaciones en el control de los subproductos de la
cloración. También refiriéndose a Milwaukee, Velma Smith (Directora
Ejecutiva de Amigos de la Tierra, Washington), recoge en un artículo
publicado en 1.995, diversas de las causas y deficiencias técnicas y
organizativas, tanto de la planta de tratamiento, como en algún otro
organismo encargado de la regulación y control sanitario. Por su parte, el
Comisario de Salud de la Ciudad, Paul Nannis, ha dicho: “Fué una cuestión
de confianza, falsa confianza” y sigue añadiendo sobre el episodio de
Milwaukee: “Yo pienso que el sentir general era: El agua ha sido siempre
buena”. DETECCION
DE CRYPTOSPORIDIUM Las técnicas de detección del Cryptosporidium en el agua son muy laboriosas y a la vez llevan a resultados muy insatisfactorios, todo ello debido por una parte, a la baja contaminación de las aguas potables , que requiere la concentración de grandes volúmenes de muestra en pequeños concentrados, que a su vez lleva a unos porcentajes de recuperación bastante bajos y por otra parte, no puede usarse un clásico cultivo de quistes en un medio específico y selectivo, que que éstos se dividen dentro de las células huéspedes, por tanto, los quistes tienen que ser solamente contados por medio de exámenes microscópicos.
Los procedimientos de detección, en general, requieren varias etapas: -
Filtración, elución, centrifugación. -
Clarificación, flotación. -
Incubación con un reactivo fluorescente específico. -
Recuento mediante epifluorescencia microscópica.
En resumen, los resultados finalmente obtenidos, suelen ser muy
insatisfactorios, por ser muy variables. A este respecto, señalaremos unos
estudios y ensayos de determinación de Giardia y Cryptosporidium llevados a
cabo por el Department of Erie County Water Authority (ECWA) de USA. Este
organismos filtró varios cientos de litros de agua a los que se incorporaron
387 cistos de Giardia y 327 oocistos de Cryptosporidium y se enviaron los
cartuchos de los filtros correspondientes a 12 diferentes laboratorios (uno de
ellos del ECWA), recomendados por la AWWA. En cada uno de estos laboratorios,
se procedió a una extracción y análisis del concentrado, obteniéndose los
resultados que figuran en el cuadro nº 2, que ponen en evidencia las grandes
diferencias entre estos laboratorios, observándose valores de recuperación
de ocistos de Giardia entre 0% y 22% y para los de Cryptosporidium entre 0% y
10%.
Cuadro
nº 2
Tratando de evitar estas diferencias y errores, se han desarrollado
modelos estáticos (Nahrstedt y Gimbel) que apoyándose en el número de
quistes detectados, sirvan de base para el cálculo de las concentraciones
previstas. Las desviaciones entre el valor más probable y el valor actual de
la concentración se estiman por intervalos de confianza. Además de los problemas ya mencionados en los procedimientos de detección, hay que añadir que algunos de los anticuerpos empleados en la detección, reaccionan con otros organismos (por ejemplo, levaduras) de forma que el recuento de quistes de Cryptosporidium, puede incluir especies e incluso otros organismos que no son infecciosos para las personas; la detección de quistes no indica si son o tienen capacidad de infección. La propia EPA, manifiesta la existencia de problemas en el método normalmente empleado en la valoración de Cryptosporidium en el agua; el método en uso no determina con certeza si el Cryptosporidium encontrado en el agua está vivo o muerto, tampoco el método puede distinguir entre los diversos tipos de Cryptosporidium, sólo uno de ellos es conocido como causante de enfermedad en el hombre.
En cualquier caso, se ha llegado a estimar que para una concentración
de 10-30 oocistos/100 litros se
deben tomar medidas, si bien, el mismo Center for Desease Control and
Prevention de USA, recomienda que la detección de este parásito a baja
concentración en el agua tratada, no debe tomarse como el único criterio de
alarma, sino que debe contemplarse conjuntamente con otros parámetros de
calidad del agua.
La principales experiencias en el estudio de Cryptosporidium en
abastecimientos de agua potable, como ya se señaló al principio, se han
desarrollado en USA y en el Reino Unido. A continuación se indican unas
cifras resumidas del estudio realizado por LeChevalier, Rose y otros en cuanto
al contenido de Cryptosporidium en aguas de superficie. Concretamente en 1987,
se controlaron diferentes captaciones de agua bruta en 66 plantas de
tratamiento en 14 estados USA y una provincia de Canadá, encontrándose
quistes de Cryptosporidium en el 87% de las muestras de agua bruta con una
media de 2,7 oocistos/litro, con un máximo de 484 oocistos/l. El resultado
para las aguas tratadas y filtradas, pone de manifiesto que de las 83 muestras
ensayadas, el 27% presentaban oocistos de Cryptosporidium con una media de
0,015/l. y un máximo de 0,48/l. Igualmente, se encontraron cistos de Giardia
en el 81% y 17% para el agua bruta y filtrada, respectivamente. Las mayores
densidades fueron encontradas en grandes rios.
Otro estudio realizado en el Reino Unido por Smith y otros en 1.991, a
través de 84 muestras de diferentes aguas brutas superficiales, revelaron la
presencia de Cryptosporidium en el 40,5% de las muestras con concentraciones máximas
de quistes de 2,3/l, mientras que para las 142 muestras de agua tratada
analizadas, se encontraron Cryptosporidium en el 40,1%, con máximo de
concentración de 0,72/l. (En este segundo estudio, se aprecian unos
porcentajes muy similares, tanto en el agua bruta como en la tratada,
posiblemente debido a que estos ensayos se refieren todos a la región de
Escocia, donde dada la excelente calidad de las fuentes u orígines del
suministro del agua potable, el agua no suele someterse a filtración. Sobre
ambos estudios, hay que señalar que, a pesar de los elevados porcentajes de
muestras contaminadas, no se registraron enfermedades epidémicas, argumentándose
como justificación, el bajo número de quistes viables (con capacidad de
infección), que fueron encontrados.
A pesar del incremento en las investigaciones, hay todavía muchas
cuestiones por resolver. Sólo un tipo de Cryptosporidium afecta al hombre,
pero no hay todavía un test que lo identifique con facilidad y claridad. El
Cryptosporidium parece ser caprichosamente infectivo, pues se han llegado a
encontrar quistes en abastecimientos de agua, sin que se observe indicación
de infección, al presentarse en formas más o menos virulentas, o bien hay un
cierto nivel de inmunidad en la población. Aunque el agua es posiblemente la
vía más importante de transmisión, los quistes se dan a tan baja
concentración en ésta, que resultan difícil de marcar.
En cuanto a las épocas o períodos de mayor incidencia, se han
constatado mayores incrementos en épocas de fuertes lluvias y deshielos. LA
INACTIVACION Y ELIMINACION DEL CRYPTOSPORIDIUM EN EL PROCESO DE TRATAMIENTO
DEL AGUA: DESINFECCION Y RETENCION FISICA
La mayor parte de los brotes de Cryptosporidium en el agua, se han
asociado con problemas operacionales, más que a deficiencias inherentes al
tratamiento, es decir, que el proceso de tratamiento convencional, operando
eficientemente, puede conseguir
eliminaciones muy elevadas. Los dos mecanismos básico para la eliminación de
organismos patógenos durante el tratamiento del agua son: inactivación química
y eliminación física, conseguidos a través de desinfección y a través de
la coagulación y filtración. Comenzaremos señalando que, la eliminación
del Cryptosporidium se consigue por retención física más que por una
verdadera inactivación con el desinfectante normalmente empleado. En el caso de algunos abastecimientos de agua sin filtrar, pero que cumplen con los reglamentos sanitarios correspondientes, enfermedades hídricas endémicas, como la Giardiasis y la Cryptosporidiosis, se suponen estar presentes, aunque inidentificadas a causa de la ausencia de programas de vigilancia. Se ha estimado que incluso, si mil casos de Cryptosporidiosis de origen hídrico ocurren en una semana en New York, en un borte de Cryptosporidiosis, es improbable que sea detectado e incluso la fuente hídrica ser reconocida (Juraneck 1993).
DESINFECCION
Los efectos de la desinfección sobre el Cryptosporidium, han sido
estudiados y practicados por diversos investigadores, como Campbell, Korich,
Peeters y otros, comprobando la diversa efectividad de los desinfectantes típicos
empleados en el tratamiento, cloro, cloraminas, dióxido de cloro y ozono. La
viabilidad de los quistes, se determinó infectando ratones con quistes
tratados previamente con cada uno de los desinfectantes. Se estudió
igualmente, tanto la dosis de desinfectante, como el tiempo de contacto, es
decir, los valores de C.t (mg/l/min.).
Se encontró que el ozono y el dióxido de cloro, fueron más efectivos
en la inactivación de oocistos que el cloro libre y las cloraminas.
Inactivaciones superiores al 90%, se consiguieron tratando los oocistos con 1
mg/l de ozono durante 5 minutos (C.t. = 5 mg/l/minuto) o con 1,3 mg/l de dióxido
de cloro durante 1 hora. En el caso de cloro libre y cloraminas, fueron
necesarias dosis de 80 mg/l durante 90 minutos (C.t. = 7.200).
En el cuadro nº 3, se muestran los valores de C.t. determinados por
diversos autores, para varios desinfectantes, a temperaturas entre 5 y 25º C,
tanto para el Cryptosporidium como para otros microorganismos, para conseguir
el 99% de inactivación, observándose que sea cual sea el desinfectante, la
resistencia de los microorganismos aumenta en el orden siguiente: bacterias,
virus, Giardia y Cryptosporidium; y no puede esperarse por tanto, la
inactivación del Cryptosporidium Parvum con las concentraciones y tiempos de
contacto normalmente empleados en las instalaciones de tratamiento, con la
posible excepción del ozono, siempre que el agua tenga una relativamente baja
demanda de éste (Bajo contenido en carbono orgánico total).
Cuadro
nº 3.
Es
muy importante la temperatura durante la desinfección, así para el caso del
ozono, para conseguir el mismo grado de inactivación (99%), el valor de C.t.
a 7º C. y 22º C. ha resultado ser de 7 y 3,5 mg/min/l. respectivamente.
El quiste del Cryptosporidium queda inactivado cuando se calienta el
agua que los contiene a una temperatura próxima a la ebullición.
En cualquier caso, la vía de la eliminación hay que buscarla en la
propia eliminación física a través finalmente de la filtración, sin
olvidar que por otra parte, la desinfección es máxima cuando el agua ya ha
sido tratada y se han eliminado todas la sustancias y partículas que pueden
proteger a los microorganismos. RETENCION
FISICA
En el cuadro del párrafo anterior, se observó que, así como la
Giardia es inactivada por las dosis de cloro generalmente empleadas en el
tratamiento del agua, el Cryptosporidium no es inactivado por la cloración
convencional y al ser de menor tamaño, puede atravesar más fácilmente los
filtros, requiriendo unas operaciones más cuidadosas en las estaciones de
tratamiento. La presencia en el agua tratada de gérmenes que de forma natural
están protegidos, como las esporas y quistes, ponen de manifiesto que los
procesos físicos de retención , no han sido lo suficientemente eficaces.
La optimización del proceso de filtración para la eliminación del
oocisto de Cryptosporidium es
esencial. Para conseguir esta óptima eficiencia de la filtración, ha de
conseguirse el máximo rendimiento en las operaciones de coagulación,
floculación y decantación, previas a la filtración, o bien conseguir una
excelente microfloculación si se sigue el proceso de filtración directa.
Los oocistos se comportan como otras partículas presentes en el agua,
a efectos de ser sometidas a la coagulación-floculación y filtración, con
un tamaño entre 2 y 7 µm. y carga superficial negativa (entre -8 y -13 mv),
siendo eliminados fácilmente cuando están inmersos en el floc
correspondiente, aunque no llega a conseguirse una eliminación del 100%, sí
se alcanzan unos porcentajes de eliminación
próximos al 99%. El paso
a través de los filtros y por tanto la presencia en el agua filtrada, se
puede atribuir a varios factores, tales como: -
Dosis de coagulante no óptimas y por tanto deficiencias en la coagulación. -
Incremento en origen de la concentración de Cryptosporidium. -
Incremento brusco de la velocidad de filtración. -
Alargamiento del período de filtración y perforación del lecho. -
Lavado de los filtros deficientemente. -
Alta concentración en la recuperación del agua de lavado, en tal caso, este
agua de lavado, antes
de recuperarse, debería someterse a un tratamiento específico e
independiente de decantación. Una medida de la eficacia del proceso de filtración clásica, es el control de la turbiedad del agua filtrada, pero a ésta habría que añadir el control del contenido en partículas pequeñas. Algunas de estas partículas, del tamaño del Cryptosporidium y la Giardia (entre 2 a 10 µm.) Pueden atravesar el filtro sin originar ningún aumento en la turbiedad.
La eliminación del Cryptosporidium está asóciada con un buen
tratamiento del agua en general, por ejemplo, buena eliminación de turbiedad
y materia orgánica natural.
Eva C. Nieminski y J.E. Ongertj, han expuesto los resultados de ensayos
realizados en planta piloto y en planta real (Huntington, Utah, parada al
efecto) con aporte o siembra de cistos y oocistos de Giardia y Cryptosporidium
y operando con un tratamiento convencional de coagulación, floculación,
sedimentación, filtración, y con un tratamiento de filtración directa, en
ambos casos, se obtuvieron eliminaciones del orden del 99%. Los resultados de
estas eliminaciones fueron comparados con los resultados del contaje de partículas
y medida de la turbiedad, encontrando correlaciones entre la eliminación de
estos microorganismos y la eliminación, tanto de partículas, como de
turbiedad, siendo mayor la correlación para el caso de las partículas
(Coeficiente de correlación, r = 0,89) que para el caso de la turbiedad
(Coeficiente de correlación, r = 0,74), lo cual sugiere que la eliminación
de la turbiedad es un indicador más impreciso del rendimiento de la planta en
la eliminación de estos oocistos que el contaje de partículas.
En los gráficos de las fig. 1 y 2, se muestran estas correlaciones,
figurando en ordenadas y abcisas los porcentajes de eliminación, dados por su
logaritmo. CONTROL
Y CONTAJE DE PARTICULAS
El control en cuanto a la cuantificación del número total de partículas,
así como el contenido entre diversos tamaños, es una forma y una herramienta
útil en la evaluación del rendimiento de las diversas fases que comportan el
tratamiento del agua potable. La variación en la cantidad de partículas está
muy ligada a los cambios en el funcionamiento de la planta y aunque también
el clásico control de la turbiedad es un gran indicativo, el contenido en
partículas es un indicador más sensible y seguro para establecer la eficacia
de la instalación. Aguas con una baja y constante turbiedad, pueden contener
importantes diferencias en su contenido en partículas más pequeñas, entre 1
y 10 µm.
Es sabido que el turbidímetro de luz dispersa (Nefelómetro), pierde
sensibilidad en la detección de partículas muy pequeñas, de 1 a 12 µm., y
así, el análisis del tamaño de las partículas, especialmente en el rango
2-7 µm., proporcionará un mejor control del paso de quistes y otras partículas
a través de los filtros.
Cuando los valores de la turbiedad son más bajos de 0,30 NTU, que es
el caso de muchas aguas filtradas, existe una menor correlación entre el
contenido de partículas y la turbiedad, que cuando la turbiedad es mayor. El gran desarrolla en el empleo de contadores de partículas, para controlar el rendimiento en último término de los filtros, se inició en USA a continuación del brote de infecciones gastrointestinales atribuídas al Cryptosporidium y Giardia en el agua potable en diversos lugares. Después de estos hechos, el Estado de Georgia estableció que desde Junio de 1993, todas la Estaciones de Tratamiento de aguas superficiales del Estado, deberían instalar un contador de partículas en línea, controlando las partículas comprendidas entre 3 y 15 µm. Después, otros estados legislaron medidas en el mismo sentido y recientemente, en Mayo de 1996, la EPA se ha pronunciado, requiriendo la monitorización para el Cryptosporidium en las captaciones de agua que abastezcan las poblaciones mayores de 100.000 personas.
En el Reino Unido, se han instalado igualmente contadores de partículas
en línea, junto a los turbidímetros, para obtener datos más completos en
relación con el rendimiento de los filtros.
Comparando el control de partículas con otros métodos de control de
calidad, especialmente la turbiedad, los contadores de partículas nos
porporcionan más información con más sensibilidad. Las partículas pueden
ser individualmente medidas y contadas, siendo aún más útil este control,
cuando la turbiedad de un agua es muy baja y por tanto, más difícil de
diferenciar y valorar determinadas aguas.
El control de las partículas, en las diversas fases del proceso de
tratamiento del agua, nos ayuda, tanto a optimizar las dosificaciones de
coagulante, como a medir la eficiencia de la decantación y filtración.
En ensayos que hemos realizado recientemente y que a continuación señalamos,
se observa una cierta correlación entre turbiedad y concentración de partículas,
pero en la mayor parte de estos ensayos, realizados durante un año a 320
muestras de agua bruta, decantada y filtrada, en diversas
estaciones de tratamiento, se pone en evidencia, que a pequeñas o nulas
variaciones en la turbiedad, especialmente en aguas decantadas y filtradas de
baja turbiedad, les corresponden variaciones importantes en el contenido de
partículas, como se refleja en el gráfico nº 3, correspondiente a diez de
estas muestras, obteniéndose para éstas, unos coeficientes de correlación
de 0,6 a 0,7; gráfico nº 4.
Por otra parte, en relación con aguas brutas diferentes, la correlación
entre turbiedad y concentración en partículas es aún menor, creemos debido
principalmente a la diferente naturaleza química y física de las sustancias
constituyentes de las partículas, lo cual nos reafirma que, junto al valor
dado para la turbiedad de un agua bruta, el dato correspondiente al contenido
de partículas y sus diferentes tamaños, amplía y perfecciona el
conocimiento de tal agua y por tanto del tratamiento a aplicar. En el cuadro nº
5, se muestran las turbiedades y contenido en partículas para distintas aguas
brutas (diferentes embalses y cuencas del abastecimiento a Madrid en 1996),
como la distribución por rangos.
Cuadro nº 5.- Turb. y contenido en partículas en diversas aguas brutas.
Siguiendo con el recuento de partículas, como herramientas de control
en el tratamiento del agua, se muestra la evolución del agua filtrada a través
de uno de los filtros de una de las instalaciones en Madrid, controlando tanto
la turbiedad, como el contenido en partículas desde el comienzo del período
de filtración, hasta el final del período, minutos antes del lavado. En el
cuadro nº 6 y gráfico nº 5, se observa lo que ya hemos indicado
anteriormente, en el sentido de la mayor sensibilidad y precisión al seguir
la evolución del contenido en partículas, en contraste con la evolución de
la turbiedad.
Cuadro
nº 6.- Evolución turbiedad y contenido en partículas durante ciclo filtración. (*).- 75%
en el rango 2-4 µm. 18%
en el rango 4-8 µm. 5,5%
en el rango 8-12 µm. 1,5%
en el rango 12-20 µm.
Así, se aprecia, como en el período de maduración, hay cierta
correspondencia entre la disminución, tanto de la turbiedad como de las partículas
y continuando con la evolución del ciclo de filtración, se llega a la
perforación del filtro , aproximadamente a las 60 horas, si atendemos al
contenido en partículas, mientras que la turbiedad sigue siendo aún muy
similar a los períodos anteriores, es decir, se ha puesto en evidencia
claramente el aumento de partículas (pasa de 900 a 1.600) y por tanto, la
indicación de la perforación de filtros, mientras que la variación en la
turbiedad ha sido del orden de las centésimas de NTU.
Dada esta mayor sensibilidad y eficacia del control de partícular
respecto a la turbiedad, su seguimiento a través de contadores en línea a la
salida de los filtros, monitorizando las partículas en el rango 2 a 10 µm.
nos proporcionaría un mayor control de la eficiencia del filtro, y por tanto
de la calidad del agua filtrada, no olvidando que el mejor medio para evitar
que los quistes de los protozoos referidos, pasen a la red de abastecimiento,
está en la eficiencia del sistema de filtración.
Finalmente, como indicativo global en la evaluación del rendimiento de
una estación de tratamiento, con decantadores de lecho de fangos y filtros
convencionales de arena (Velocidad de filtración 10 m/h., talla arena = 0,95
m/m), en la eliminación de partículas, reflejamos los siguientes datos,
media de varios ensayos, donde se aprecia una retención en decantadores del
85%, en filtros del 92% y una eliminación total conjunta del 98,91%.
__________________________________________ Páginas relacionadas con Giardia y Cryptosporidium Cryptosporidium y G iardia, Problemas emergentes en el agua de consumo humano. J AVIER DOMÉNECH. Farmacéutico. Diplomado en Ingeniería y Gestión Medioambiental. Biología básica del cryptosporidium . División de Biología de la Universidad de Kansas State.
Cryptosporidium and water. Manual de 151 páginas en formato pdf, del Working Group on Waterborne Cryptosporidiosis del Center for Disease Control and Prevention,CDD. Atlanta. Cryptosporidium y Giardia . Página, en inglés, del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (Atlanta). En su sección de listado alfabético de parásitos, presenta dos capítulos dedicados a cryptosporidium y giardia. Links sobre Cryptosporidium. División de Biología, Universidad del Estado de Kansas. Incidencia y eliminación de Giardia y Cryptosporidium en la Planta de Goreangab. Articulo de varios autores, en inglés, publicado por Water Science and Technology -IWA. JOHAN E. PEETERS,1* ELVIRA ARES MAZAS,' WILLY J. MASSCHELEIN,3 ISABEL VILLACORTA MARTINEZ DE MATURANA,' AND EMILE DEBACKER3National Institiute of Veterinary Research, Gr-oeseleniberg 99,1 aind Laboratory of tlie Bruissels' Inter-commnunalWaterboard, 3 B-1180 Brussels, Belgiu-, and Cdtedra de Par-asitologiaf, Facultad de Far-mnacia, Universidad de Santiagode Compostela, E-15706 Santiago, La Coruha, Spain2 Acción de distintos coagulantes para la eliminación de Cryptosporidium spp. en el proceso de potabilización del agua. Articulo de B. ABRAMOVICH, M.C. LURA, E. CARRERA, M.I. GILLI, M.A. HAYE, S. VAIRA . Revista Argentina de Microbiología .Recogido en la página de www.scielo.org.ar Cuántos protozoos hay en el agua que bebemos?. Artículo publicado por la Agencia SINC Los protozoos Cryptosporidium y Giardia siguen presentes en el lodo de la EDAR después de tratarse. Articulo publicado en www.iagua.es
A pesar de que el agua con presencia de bacterias de legionella pneumophílica no causa trastornos al ingerirla y que los problemas derivados de la legionelosis, generalmente son ocasionados por la aspiración de la bacteria inmersa en pequeñas partículas de agua pulverizada, dada su presencia en las agua superficiales y que la bibliografía sobre el tema es muy extensa, solo señalaremos unos breves datos, para continuar con una serie de enlaces a páginas, en español e inglés, más representativas. La infección se transmite, como ha quedado ya señalado, cuando se inhala aire con pequeñas gotitas que transportan la bacteria, llegando así a los pulmones. Esta bacteria se encuentra de forma natural en la naturaleza en las aguas superficiales de ríos, embalses y lagos. Mientras está en el agua y no afecta al sistema respiratorio, su ingestión no tiene por qué causar problemas. Su concentración y peligro ocurre cuando pasa a colonizar determinadas instalaciones como sistemas de refrigeración, humidificadores, riegos por aspersión, depósitos y conducciones muy sucios y sin la desinfección mínima necesaria y en general instalaciones donde concurren varios factores como son una temperatura idónea para la multiplicación de la bacteria, como es la comprendida entre 25 y 45 º C, falta de limpieza y por tanto aporte de nutrientes, y un sistema de difusión o dispersión de pequeñas gotitas de agua en el aire. Se fija con cierta facilidad en el biofilm de las conduciones, especialmente cuando estas contienen en la masa del biofilm precipitados de residuos calcáreos y óxidos de metales Biofilm en una conducción Legionella en biofilm (©Vernagene) Aunque su origen esté en el agua, si esta está correctamente desinfectada en las estaciones de tratamiento y se mantiene una determinada concentración de cloro libre o combinado a lo largo de toda la red de distribución que no permita una colonización de la bacteria en el propio biofilm de las conducciones, será un gran paso para evitar su proliferación, sin olvidar, por supuesto, las medidas de limpieza y desinfección de las instalaciones y equipos que originen aerosoles de partículas de agua en el aire. Páginas relacionadas con legionella Legionella neumofilica Agua : Legionella :Página de la Comunidad de Madrid, con datos e información sobre la legionela y la legionelosis, con descripción de instalaciones de riesgo y guía para la prevención de la legionelosis en estas instalaciones
http://www.ewgli.org/ ( The European Working Group for Legionella Infections 1999 - 2002). Revisión sobre métodos de prevención y control de la legionelosis. Artículo de varios autores de la Universidad Complutense y Hospital de La Princesa de Madrid, donde se revisan los métodos utilizados para prevenir la legionelosis nosocomial y comunitaria, marcando las ventajas, las desventajas y la efectividad de los métodos que se recomiendan. Prevención y control de legionelosis. Normativas de aplicación(*). JUAN MIGUEL RODRÍGUEZ JUÁREZ. (*) Este artículo es el resumen del trabajo presentado a la Fundación MAPFRE como resultado final de la investigación desarrollada durante el año 2004 a raíz de la beca concedida por la Fundación MAPFRE en la Convocatoria 2003/2004. NTP 691: Legionelosis: revisión de las normas reglamentarias (I).Aspectos generales. La legionella en el medio ambiente. Una revisión sobre los conocimientos de esta enfermedad. Página de la Foundation for Water Research. La legionella en el Medio Ambiente.- (Causa de la enfermedad de los legionarios). Una revisión de los conocimientos. Página de la Foundatión for Water Research. Ni rastro de legionella en Madrid. Noticia en Madriddiario.es 26-8-2008 Vigilancia de torres de refrigeración Salud vigila 202 torres de refrigeración para evitar brotes de Legionela en verano Últimos avances en el conocimiento de la legionela y sus interacciones. CValenciana.-Una empresa comercializará el primer sistema de detección de la legionela en una hora"cien por cien fiable" Publicado en
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