Redacción Tecnología
Un equipo de investigadores de la Politécnica
Nacional demostró que es posible fabricar filtros de
purificación de agua para el consumo humano en los
lugares donde no es posible obtenerla por otros medios.
El primero de estos ya funciona en la comunidad
indígena de Cobos, en Cusubamba, cerca de Mulalillo, en
Cotopaxi.
Ernesto de la Torre, ingeniero químico y director del
Departamento de Metalurgia Extractiva, de la
Politécnica, advierte que el objetivo es que estos
filtros puedan ser empleados por las comunidades que no
disponen de un sistema de purificación de agua.
Este, precisa, está dividido en tres capas, la
primera de arena, diseñada para retener sólidos en
suspensión y algunos microorganismos, gracias a una
delgada película bacteriana que se forma en la parte
superior cuando un filtro de arena comienza a funcionar.
La segunda capa está compuesta por carbón activado
que mata los microorganismos presentes en el agua y una
tercera, con este mismo componente, para retener
cualquier residuo químico.
Al ser una microesponja llena de poros, es capaz de
absorber los contaminantes. Con este método es posible
conseguir agua pura en cualquier lugar y a cualquier
momento.
Alicia Guevara, ingeniera química,
catedrática y miembro del equipo, explica que se
trata de un filtro de bajo costo, puesto que es
posible emplear materiales como piedra pómez, propio de
la zona de Cotopaxi.
Si las comunidades no consiguen carbón activado,
pueden utilizar incluso el convencional. Esta propuesta
fue presentada hace menos de un mes, en el Seminario
Internacional de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible,
llevado a cabo en Bucaramanga, Colombia.
En este encuentro, el químico Juan Francisco Rivera
explicó algunas de sus aplicaciones, entre
las cuales está la posibilidad de tratar el agua
que proviene de un lago u otra fuente cristalina, pero
que contiene bacterias, virus y protozoos.
Rivera manifiesta que también puede ser
utilizada para plantas embotelladoras donde es
necesaria agua microbiológicamente pura y sin residuos
químicos como el cloro. Incluso, en desastres naturales
resulta útil, porque, con regularidad, el agua
disponible se contamina.
De la Torre apunta que en una cisterna de
1,60 por 2,30m es factible purificar
cuatro metros cúbicos de agua y explica el proceso
de desinfección: “El agua llega a una cámara
de sedimentación y retención del agua cruda, pasa por el
filtro de piedra pómez y después atraviesa por un
segundo filtro y es factible obtener agua
purificada.
En estos filtros, advierten los
investigadores, también se emplea carbón
activado biocida, un método tan innovador de
desinfección. Este carbón tiene una
carga importante de yodo, es decir, tiene un
exceso de tres yodos. En Química, se encuentra, con
frecuencia, el yodo I2, pero éste es I5.
Desde este punto de vista, cualquier microorganismo
que pase cerca del carbón activado biocida muere de
inmediato, porque el carbón le inyecta yodo.
Gracias a esta característica el yodo I5, adherido al
carbón activado, puede acabar con toda la carga
biológica del agua: virus, bacterias, levaduras, algas y
otros organismos. El resultado es agua potable y, por
ende, apta para el consumo humano.
El principal objetivo de estos químicos es conseguir
que este filtro se masifique y llegue, sobre todo, a las
comunidades más alejadas.
Algunas ventajas
Los estudiosde laboratorio revelan que con un
kilogramo de carbón activado biocida es posible
desinfectar 2 000 litros de agua contaminada. Tras
el tratamiento no se encuentra ningún
microorganismo patógeno o no patógeno en el agua
filtrada.
El filtro puede ser fabricado en casa en
recipientes de plástico, barriles y otros. Hoy, hay
numerosas empresas que comercializan en el
país carbón activado para utilizarlo en este
sistema.